¡¡¡ ...FELIZ DIA DEL PADRE...!!!

¿ QUÉ ES UN PAPÁ....?
Un papá, lo que se llama papá, es una combinación extraña de razón y sentimiento.
Es aquel que sabe orientar y exigir, pero al mismo tiempo sabe amar.
Es aquel que al minuto de haber regañado con severidad, sonríe y guiña el ojo con ternura.

Es el que sabe decir no cuando es lo justo y sabe decir si cuando es lo conveniente.
Un papá zapatea duro cuando cumple su deber y anda de puntillas en la noche cobijando nalguitas y cuerpecitos fríos.

Un buen papá es el que después, de una dura jornada de trabajo, al llegar a casa abraza a sus hijos y se vuelve un niño jugando can ellos.

Un papá es aquel hombre que genera vida, que acompaña y da seguridad ofreciendo una mano firme.

Un papá es un higo que parece duro y espinoso por fuera pero es puro y dulce en su interior.

Un papá es un director de orquesta, es el constructor de un nido, es el maestro de la escuela de la vida.

Un papá es ante todo un hombre con corazón, que sabe señalar el horizonte con optimismo y confianza.

Un papá, un verdadero papá, tiene mucho de mamá, aunque tenga fortaleza de varón inquebrantable.

Un papá es refugio seguro para el hijo que llora y sufre...un papá es aquel que sabe escuchar y alentar a los hijos en las derrotas de la vida.

A los papás se les dedica un día en el año, pero ellos dan todos los días para los suyos.

Son generosos por naturaleza, por voluntad y por amor. Además, un papá nunca muere, simplemete se esfuma para continuar mandando en su recuerdo con sus enseñanzas.
Los papás, son arriesgados, decididos, comprometidos y tenaces.

La vida de los hijos transcurre felizmente a la sombra de un buen papá, como el amigo y confidente que refleja la ternura, la bondad y el amor de Dios - Padre.


MI PADRE.
Yo tengo en el hogar un soberano,
único a quien venera el alma mía;
es su corona de cabello cano,
la honra su ley y la virtud su guía.
En lentas horas de miseria y duelo,
lleno de firme y varonil constancia,
guarda la fe de que me habló el cielo
en las horas primeras de mi infancia.

La amarga prescripción y la tristeza
en su alma abrieron incurable herida,
es un anciano y lleva en la cabeza
el polvo del camino de la vida.

Ve del mundo las fieras tempestades,
de la suerte las horas desgraciadas,
y pasa, como Cristo el Tiberíades,
de pie sobre las ondas encrespadas.

Seca su llanto, calla sus dolores,
y sólo en el deber sus ojos fijos,
recoge espinas y derrama flores
sobre la senda que trazó a sus hijos.

Me ha dicho: "A quien es bueno, la amargura
jamás en llanto sus mejillas moja;
en el mundo, la flor de la ventura
al más ligero soplo se deshoja.

Haz el bien sin temer el sacrificio;
el hombre ha de luchar sereno y fuerte,
y halla quien odia la maldad y el vicio
un tálamo de rosas en la muerte.

Si eres pobre, confórmate y sé bueno;
si eres rico, protege al desgraciado,
y lo mismo en tu hogar que en el ajeno
guarda tu honor para vivir honrado.

Ama la libertad: libre es el hombre
y su juez más severo es la conciencia;
tanto como tu honor guarda tu nombre,
pues mi nombre y mi honor forman tu herencia".

Este código augusto en mi alma pudo,
desde que lo escuché, quedar grabado;
en todas las tormentas fue mi escudo,
de todas las borrascas me ha salvado.

Mi padre tiene en su mirar sereno
reflejo fiel de su conciencia honrada.
¡Cuánto consejo cariñoso y bueno
sorprendo en el fulgor de su mirada!.

Por....Juán de Dios Peza – Poeta mexicano.

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