Día de los trabajadores


Este primero de mayo que se conmemora mañana, y por lo tanto debemos anticipar en la nota editorial ya que por la celebración del Día de los Trabajadores es uno de los pocos en el año en que no se editan los diarios, es tal vez el más justificado de los feriados, ya que nadie, de una u otra manera, queda exceptuado de sus alcances y proyecciones. Es que, justamente el trabajo, constituye uno de los valores más preciados de las personas, pues es la llave que permite desarrollar una vida digna, en un marco de armoniosidad y esperanza.
Y vaya si sabemos nosotros los argentinos de eso, ya que desde hace muchos años y consecuencia de las durísimas crisis que nos afectaron, el desempleo llegó a convertirse en reiteradas ocasiones en un flagelo erosionador de los cimientos de la comunidad, provocando marginación y pobreza, de lo cual no hemos logrado recuperarnos aún luego de los favorables y positivos pasajes que ha tenido la situación económica en determinados momentos.

Es por esas razones que el Día del Trabajo que celebraremos mañana, es una de las fechas más significativas del calendario, tanto por honrar un bien tan preciado e invalorable como el trabajo, como por su sentido abarcativo hacia todos los sectores de la comunidad.

Es conveniente entonces, recordar algunos de los hechos centrales que llevaron a la instauración de este día. Todo se originó mediante un acuerdo obtenido en el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en el año 1889, tratándose de una jornada en homenaje a los "mártires de Chicago", es decir, aquellos sindicalistas que fueron ejecutados en la ciudad estadounidense mencionada, durante su participación en la lucha por conseguir la jornada laboral de 8 horas. Justamente por esa acción tuvo origen la huelga iniciada el 1° de mayo de 1886, dando lugar a una gran confrontación tres días después, fecha conocida como "la revuelta de Haymarket".

Es por estas razones, con los datos apuntados, que el primer día del mes de mayo de cada año y como viene ocurriendo desde 1892, se celebra el Día Internacional de los Trabajadores, en la mayoría de los países del mundo, aunque curiosamente no es conmemorado en los Estados Unidos que tuvo su origen, ya que allí el festejo del Día del Trabajo (Labor Day) tiene lugar el primer lunes del mes de septiembre, que tiene como acto central de convocatoria un desfile en la ciudad de Nueva York. La explicación sobre esta diferente fecha en el ámbito de los Estados Unidos, es que el presidente Stephen Grover Cleveland -durante su primer mandato de 1885-1889- propició el festejo en septiembre debido al temor que la fecha del primer día de mayo afianzase al socialismo en el país, por haber sido el motorizador de aquel reclamo en Chicago.

Volvamos a lo nuestro, al trabajo en este tiempo, donde el país viene de soportar los efectos de una crisis financiera mundial el año pasado.
Los índices de desocupación, aunque oscilantes, no cayeron en el dramatismo de otras ocasiones parecidas, cuando en la crisis de comienzos de siglo por ejemplo, la desocupación estuvo cercana a los 20 puntos. Esta vez, mediante la contención con asistencialismo y la creación de nuevos empleos, se logró amenguar los efectos nocivos de otras veces, lográndose en los primeros meses de 2010 un afianzamiento laboral que hizo bajar el índice a 9,1 por ciento. Aunque, de todos modos, existe cierta incertidumbre respecto al futuro del mercado laboral, consecuencia de los niveles inflacionarios de este tiempo, que se transforman en un factor de fuerte incidencia negativa en la perspectiva del desarrollo laboral.

Vaya entonces, y aún dentro de muchas dificultades que restan por ser superadas, un fuerte saludo a todos los trabajadores en su día.

Diario La Opinión
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