Impunidad gremialista: Hugo y Pablo Moyano

Su capacidad de bloquear el país con los camiones y los millonarios subsidios que recibe del Gobierno, entre otras cosas, le dieron un poder con el que puede acorralar a políticos y empresarios. Un largo camino ha recorrido el impresentable gremialista Hugo Moyano al frente del gremio camioneros. Aunque lo correcto sería decir que el mencionado ha acumulado un enorme prontuario. Prontuario que en la Argentina de hoy, rehén del poder cuasi mafioso de los gremios, goza siempre de los beneficios del "borrón y cuenta nueva".

Por si no alcanzara sólo con uno, también hizo su debut recientemente, uno de sus hijos, Pablo Moyano. Y su primera aparición pública de volumen no fue precisamente para el festejo. En ocasión del traslado del féretro de Perón, el troglodita que efectuara disparos a mansalva y frente a todas las cámaras de televisión, era nada menos que el chofer de Pablo Moyano. El nombre de guerra del impresentable era Emilio "Madonna" Quiroz, un barrabrava de poca monta que, como no podía ser de otra manera y a pesar de haber hecho lo que hizo, no obtuvo condena de prisión efectiva alguna. Tanto su jefe Pablo, como el padre de este, Hugo, efectuaron la presión suficiente sobre la Justicia como para que el delincuente no pasara ni un día en la cárcel. Y así fue.

Pablo utilizó y mandó utilizar los métodos de violencia clásicos de este gremio que parece haber surgido del mismo infierno: golpizas, piedrazos y agresiones de todo tipo contra aquellos que se negaban al paro. Porque -corresponde decirlo- existe gente digna en el gremio y que ciertamente no está de acuerdo con este modus operandi clandestino.

Tanto Hugo Moyano como su hijo jamás han tenido problema en utilizar su capital de violencia y extorsión, a los efectos de hacer cumplir sus planes : lo han hecho bloqueando a Carrefour, han extorsionado al Gobierno Nacional y al propio Presidente las veces que se lo propusieron. En general, los pedidos tienen relación con aumentos inverosímiles -que nunca bajan del 20% o el 30%-, pero el objetivo favorito de estos personajes marginales es el absorber todo rubro de empleados relacionado con el transporte, para así contar con una mayor caja. Caja de la que siempre Hugo Moyano echa mano, ya sea para su propio enriquecimiento, como para viajar a Ginebra, Suiza en ocasión de la celebración de los mítines internacionales de la OIT -Organización Internacional del Trabajo-. Moyano para en hoteles cinco estrellas, nunca menos. Y viaja en primera clase en cada oportunidad. Vale aclarar que este dinero es de los trabajadores, pero él lo utiliza con impunidad. Pero, a pesar de que en la Argentina actual, todos los dirigentes gremiales están envueltos en enriquecimiento ilícito y corrupción de toda forma y color, nadie se ha preocupado por investigarlo.
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