Traición política en el Gremio del Seguro

Es un asunto siempre presente en la vida pública, es una conducta recurrente de algunos políticos y de aprendices de tales, es una lacra ética personal, es una llaga purulenta en el rostro del traidor, como así lo dice Roberto Martínez Garcilazo.

La traición tiene por sustrato la pretendida exención moral de uno mismo, que se expresa en dos improbables creencias del traidor: la superioridad personal del que traiciona que lo exime de los deberes de la lealtad hacia el otro; y el derecho del perjuro de mentirle al otro para conseguir sus fines personales. 

Hace 26 años, Perón reflexionó sobre el tema: En la política, que en el campo de las realidades no es sino lucha, vale decir dos voluntades contrapuestas, la traición puede ser usada sin medida, cuando las bajas pasiones y la inmoralidad han pesado más que las virtudes y el bien hacer. Pero en último análisis, tan miserable es el traidor, como el que se vale de él para traicionar. Generalmente, cuando ello sucede, es que entre “taitas” anda el juego. 

Ciertamente la traición es una de las formas de corrupción personal más despreciables. Pero también un tópico de reflexión ética por demás interesante. La miseria personal de Leandro Fortunato, idiota útil del no menos traidor de Raúl Martínez hacia los Kirchner, quebrantando la fidelidad o lealtad de toda una organización cuyos integrantes debieran guardar o tener frente a un gobierno que los ayudó a crecer políticamente e institucionalmente. 
Repudiamos primero a Raúl Amancio Martínez cuando celebrara en el sindicato con champagne la muerte de Nestor Kirchner y ahora alejándose del oficialismo que tanto ayudó al Gremio del Seguro para apoyar a Eduardo Duhalde en una interna del peronismo federal. 
En otras oportunidades ya hablamos de: la mediocracia sistematizada donde dirigentes (que nada hacen bien, pero a nada renuncian), hacen alardes de soberbia ocultando así la servilidad subordinada a los gustos de su dueño (capo-jefe), pensando y sintiendo como él lo ordena, no aboliendo su personalidad, pero poco les falta, transformándose en los fetiches de siempre o también llamados "cobardes felices", la que lleva a la creación de idiotas útiles como lo son Jorge Alberto Sola y ahora el “Director Gremial de OSSEG”, siendo claros ejemplos de esa mediocracia, cómo buenos alumnos serviles realizan toda tarea encomendada. 

Aprovechándose el señor Leandro Fortunato de pertenecer al sector de Previsión de la Obra Social del Seguro y conociendo el padrón general de nuestros trabajadores pasivos, con la orden del capo-jefe envió una misiva a todos los compañeros para que apoyaran a Eduardo Duhalde en la referida interna del Peronísmo Federal. 

La perversidad de estos siniestros personajes ya es de repudio masivo del resto del Consejo Directivo Nacional al ver como estos señores se manejan de forma individual y personal sin ningún tipo de consensos poniendo en riesgo la vida institucional de la organización, por ello ya han pensado seriamente en recurrir a la Justicia respectiva.

El Trabajador de Seguros
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué esconderá Martinez para de repente volcarse tanto para el lado de la Presidenta? ¿ A qué le tiene miedo?

Anónimo dijo...

Otra vez otro Congreso el primero de diciembre lleno de alabanzas a nuestro Secretario General???