“Los trabajadores tienen derecho a elegir a sus representantes”
Entrevista realizada en Diciembre de 2008, a Guillermo Pérez Crespo, abogado e integrante del Taller de Estudios Laborales
De manera sorpresiva la Corte
Suprema de Justicia falló a favor de un reclamo de la Asociación de
Trabajadores del Estado y resolvió que, para ser delegado de los trabajadores
en una empresa, no es necesario estar afiliado a un sindicato con personería
gremial. La decisión generó un fuerte debate entre juristas, abogados,
políticos y fundamentalmente en los sectores sindicales.
Desde hace tiempo, Guillermo
Pérez Crespo asesora a delegados y comisiones internas que buscan organizarse
por fuera de los sindicatos con personería gremial a pesar de las trabas que,
hasta ahora, les imponía la legislación vigente. En esta entrevista, Pérez
Crespo opina sobre un fallo que puede ser histórico para la organización de los
trabajadores en nuestro país.
¿A la sociedad le interesan estos temas?
- Hay que reconocer que este fallo
aparece en un momento en el que el tema de la personería gremial y la libertad
sindical no estaba instalado entre los trabajadores como cuestión urgente ni
mucho menos. Sobre todo porque hay un retroceso que hace que los trabajadores
estén mas preocupados por otras cosas. El fallo despertó interés en muchos
establecimientos porque hay fuertes reclamos para elegir delegados. Por ese
lado hay muchas consultas porque se abre una puerta que hasta hoy se veía
cerrada. Pero tomó a todos los trabajadores por sorpresa, no lo esperaban ni
los colegas de la CTA -que hicieron la presentación-, ni los críticos el modelo
sindical, ni tampoco sus defensores. Fue sorpresivo para todos.
¿Falta maduración de la dirigencia sindical y los trabajadores a la hora de
exigir sus derechos?
Estamos atravesando una crisis muy
profunda en el sindicalismo, tanto en los modelos de organización sindical como
en el de la acción sindical. El sindicalismo no encuentra respuesta a las
ofensivas del capital, ya sea en Europa, Estados Unidos, Brasil, Argentina o
Uruguay, esto es algo que excede las fronteras. En el caso de nuestro país en
particular la crisis es muy profunda, sobre todo por el desgaste que tuvo el
modelo en este último tiempo. No es casual que luego de la fuerte represión de
la dictadura en la década del 70 hayan quedado desarticulados numerosos cuerpos
de delegados que hacían el papel de contrapeso de muchas direcciones
sindicales. Hoy se observa, esto no es secreto para nadie, que muchos
dirigentes se han alejado de los trabajadores, en algunos casos por corrupción,
y en otros por incapacidad para hacer que su sindicato esté a la altura de las
necesidades. Además existe el temor a la participación de los trabajadores, que
es uno de los fenómenos más dominantes del panorama sindical en argentina, pero
esto no se da sólo en sindicatos de la CGT sino también en sindicatos de la
CTA. En este momento, en el país, los sindicatos, en su inmensa mayoría, llevan
a cabo negociaciones colectivas y firman acuerdos paritarios sin que los
trabajadores participen en absoluto, se enteran cuando ya fue firmado y
homologado. Quizás debamos concluir que los trabajadores son discapacitados que
no pueden opinar ni participar. Detenerse en el problema de la corrupción en el
sindicalismo es quedarse en la superficie, es la consecuencia de un problema
mucho más profundo. Durante décadas los trabajadores se han acostumbrado a
delegar en sus dirigentes y sólo reclaman y participan cuando ven que son
conducidos al abismo.
Bueno, le pasa a la ciudadanía en general...
Sí, en realidad tiene que ver con una
baja calidad de representación en todos los ámbitos. Los partidos políticos
también están en crisis y hoy los candidatos se venden como latas de tomate.
Muchos espacios supuestamente habilitados para el control ciudadano no son
utilizados, pero esto se vive de manera especial en las organizaciones
sindicales. Muchos de los modelos de participación cayeron en crisis luego de
la caída del Estado de Bienestar.
¿Hay algún nuevo paradigma sindical a la vista?
Lo que hay es la aparición casi
simultánea de fenómenos de organización por lugar de trabajo. El problema es
que con la legislación actual esos procesos son descabezados fácilmente porque
no se les permite elegir delegados ni se les reconoce sus derechos. Por eso,
desde la juridicidad estatal y desde el capital de los empresarios, se los
destruye antes de que tomen mayor vuelo. También hay experiencias muy
interesantes de crecimiento organizativo en seccionales y comisiones gremiales
que no trascienden demasiado, como los trabajadores del subterráneo de Buenos
Aires, o más complejos, como el de algunas comisiones gremiales en
ferrocarriles, comercio o bancarios. De todas formas, quienes los están
llevando a cabo son también parte de una etapa histórica determinada, por eso
es imposible pensar que surja algo nuevo en estado de pureza. Y hay una gran
represión a la organización, todos los días se despiden trabajadores por su
actividad sindical. Por cada fallo que sale en defensa de sus derechos, hay 100
despedidos.
Carlos Gutierre
Agrupación 21 de Octubre
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