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Carlos Gutierre |
Comienza la cuenta regresiva del último mes del año y cuando
la hora cero llegue inevitablemente unos reirán y otros llorarán, por lo que
fue y por lo que viene, es dependiendo de cada quien, es un momento en el que
la mayoría de nosotros nos sentimos buena gente y nos llenamos de optimismo por
aprovechar al máximo el tiempo venidero.
En mi caso particular estas fechas serán algo oscuras, ya
que es imposible para mi evitar recordar ciertos objetivos personales, siempre
pensando en los demás, que a lo largo del año no pude conseguir, eso no
significa que vaya a deprimirme, pero es sencillamente que no me hace bien
saber que no logré las metas planteadas mientras pasaron esos minutos, esos
días, esos meses, que en conjunto forman un año más de existencia en este
mundo.
El afiliado del Seguro debe saber que la mayoría de los
miembros del secretariado nacional de su sindicato no representan a nadie,
tienen relaciones de dependencias truchas, inventadas. Jamás trabajaron en algunas
de las empresas que hacen figurar y
encima reforman los estatutos para perpetuarse en el poder con la complicidad del
gobierno kirchnerísta.
Tampoco puedo evitar el cambio que se aproxima en mi vida,
por ciertas reglas que imponen los que mandan, los que te premian los servicios
prestados y no te dicen que vos quedaste fuera del sistema, que ya no sirves
para los tiempos estratégicos actuales y venideros.
Por esto último y por esos mensajes que me llegan de ustedes,
porque
nos hablan de los talleres que nos ayuden a buscar la felicidad y desde mi
punto de vista, eso de la felicidad es solo un estado mental pasajero, es
frágil, por eso sencillamente no la busco, prefiero concentrarme en conseguir
la ausencia del dolor. Dolor que impera en este bendito país y que es producido
por todos nosotros hacia otros seres, y lo hacemos sencillamente sin percatarnos
de ello. Hay quienes si saben lo que hacen, y es deplorable.
Si pensamos en el futuro tengamos un desprendimiento con
todo aquel que necesite una mano amiga, sin importar si es un extraño, solo
seamos humanos y solidarios, sin esperar nada a cambio. Con esto no quiero que
piensen que me expongo ante ustedes como una persona perfecta, ya que no lo
soy, y estoy seguro que jamás lo seré, pero cabe destacar que siempre es
necesario intentar serlo, eso lo llamaría una evolución personal interna de
cada uno, ya que al ayudar a otro, se siente dentro de sí como si es uno el que
se ayuda a sí mismo.
Con respecto a la felicidad, seguro la tendrás cuando seas
digno o digna de ella, no hace falta buscarla o que te la regalen, como dije
anteriormente, y a esa, a la que me refería como frágil y momentánea es la
producida por algún objeto material o meta cumplida, no digo que no la
disfrutemos, sencillamente que según mi pensar, la felicidad es aquella que se
alcanza cuando estamos tranquilos con nosotros mismos y no tenemos nada que
ocultar, cuando somos sinceros, y gracias a esas cosas es que podemos decir a
veces que tenemos paz interior, a esa es la felicidad a la que me refiero. ¿Qué
mayor felicidad que estar en paz con uno mismo y con otros? creo que ninguna,
aunque algunos no lo compartan ni lo practiquen.
Encendamos esa llama interna que sé que todos tenemos, ella
nos dará el calor necesario para que seamos mejores personas, con nosotros
mismos, y con quienes nos rodean, sepamos que todavía servimos. A mí me queda
un tiempo que pasó, que se fue, y otro por venir, a este me encamino, sería
bueno que lo transitemos juntos, no sé, Dios dirá, sin reproches ni rencores,
si con mucho más optimismo. Pensemos en un futuro mancomunados levantando
cimientos de solidaridad, que la distancia no sea un obstáculo para construir sueños de grandeza para
nuestros semejantes más necesitados. El país apunta a un cambio, unámonos a la
esperanza.
Todos sabemos cómo está el mundo, están los que se distraen
cuando personas deseosas de cambio aportan lo suyo solidariamente. Por este
mundo existen las ONG, las organizaciones sociales, las fundaciones, los
clubes; los asistentes sociales sin fines de lucro: en los hospitales, en las
iglesias, en los comedores infantiles, en centro de capacidades diferentes, en
las huertas de empleo, y en muchas reparticiones más, quizás tampoco esto lo
vean o lo ignoren.
Aportemos nuestra solidaridad, entonces ese es mi mensaje,
tal vez sea un mensaje de a punto de culminar otro año que no dice nada, o que
no dice lo que la mayoría espera, lo hago por ser transparente y sincero al
máximo, y también por todos ustedes mis compañeros que también ya están fuera
de un sistema. Por último, quiero recibir mensajes de aquellos que tienen miedo
o demasiado respeto por los que manejan la situación. A éstos pellízquenlos y
si dicen hay…!!! Es que son de carne y hueso como nosotros, que también son
parte de etapas de la vida. Sin odios ni rencores, por un año 2016 colmado de
proyectos: MUCHAS FELICIDADES.-
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