Se concentraron en Plaza de Mayo para pedir por la estabilidad laboral de los 11.000 trabajadores del sector y que se pueda tener libertad de elección.
Alguna vez acérrimos rivales por las afiliaciones, empleados porteños y bonaerenses de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP)
se concrentraton esta tarde en Plaza de Mayo con bombos y banderas para pedir por la estabilidad laboral de los 11.000 trabajadores del sector, a partir de la decisión del gobierno nacional de eliminar el sistema de capitalización.
"Argentinos despierten" rezaba la inscripción de una de las banderas que entablaban los venderos y administrativos que participaron de la movilización. "Estamos todas las AFJP unidas y queremos saber si esto llega a salir qué pasa con nuestras fuentes laborales", exclamó una de las manifestantes, que también aseguró que el próximo martes concurrirán a la Cámara de Diputados para presentar su reclamo. "Esto tiene que ver con una cuestión de libertad", remataron los manifestantes.
Si bien oficialmente todavía no se cuantificó la cantidad de empleados de las AFJP serán insertados en el sector publico, se estima que serían unas nueve mil personas.
Los 60 delegados gremiales de las AFJP, que reclaman al Gobierno precise cómo serán reubicados en el sector público, protestaron también ayer frente al Sindicato del Seguro. La caótica manifestación culminó con el encierro de 10 personas en el hall central del edificio y la intervención de la Policía Federal.
"Les pido el derecho a la defensa de la fuente laboral en nombre de más de 15.000 familias", rezaba el comunicado que difundió el Movimiento Unido de Trabajadores de las AFJP (Mutafjp), entidad enfrentada al Sindicato del Seguro, presidido por Raúl Martínez (secretario general).
En diálogo con este diario, Cyntia Leszczynski, delegada gremial de MET AFJP, contó que les "labraron un acta contravencional" a los 60 trabajadores que se manifestaron en la puerta del sindicato, a quienes mantuvieron "privados de la libertad" y con custodia policial durante más de tres horas en el edificio donde funciona la entidad, situado en Carlos Pellegrini 575.
"Vinimos a entregar un petitorio para que defiendan nuestras fuentes de trabajo, pero como no nos dejaban pasar para ver al señor Martínez, quien nunca nos atiende, tuvimos que forzar la entrada. Cuando estábamos en el hall bajaron las persianas y nos dejaron encerrados. Somos trabajadores afiliados a la entidad y sólo defendemos nuestro empleo. Es una vergüenza que pase esto en un gremio. Se jactan de ser peronistas, pero parecen una empresa", sentenció furiosa Leszczynski, quien hacía declaraciones a la prensa tras las rejas mientras reclamaba a los gritos que la dejaran salir del sindicato.
Los empleados de Máxima, la AFJP del Banco HSBC, también se presentaron en el sindicato, pero la amenaza corporativa de sus superiores los amedrentó a mitad de camino. Según uno de ellos, que se escondía en el hall del edificio para no ser detectado por las cámaras de los canales de TV, "la empresa amenazó con despidos a todo aquel que marche o reclame públicamente por su seguridad laboral".
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