A casi 70 años del Holocausto, un sobreviviente cuenta su historia

Moisés Borowicz estuvo en siete campos de concentración y exterminio nazi y logró salir con vida. Los videos con su relato detallado.
Por Lorena Tapia Garzón (de la redacción de Perfil.com)
Moisés Borowicz tiene 85 años, nació en un pequeño pueblo de Polonia y todavía rememora con detalles cómo fue que logró sobrevivir a siete campos de concentración y exterminio nazi durante el Holocausto, mientras moría toda su familia.
Con voz temblorosa pero con un relato casi sin pausas, Moisés se acomoda y mira a cámara para contar con detalles esa parte horrorosa de su historia. Está acostumbrado a hablar en cámara y casi no hace falta hacerle preguntas ni ordenar su relato.
Es que no es la primera vez que la cuenta ni será la última: por estos días viajó a Córdoba convocado por la DAIA de esa provincia para dar su testimonio ante una sala repleta de público, porque el 19 de abril se conmemoró el Día del recuerdo del Holocausto (Shoah, en hebreo).
Cuando él tenía 12 años, Moisés, sus padres y sus dos hermanos fueron apresados por los nazis en el pueblo donde vivían, a las pocas horas de que ocuparan Polonia. Fueron maltratados, golpeados y obligados a trabajar como esclavos en condiciones inhumanas. Cuando se enteraron que iban a ser trasladados a un campo de exterminio, lograron escapar y esconderse en un bosque cercano, donde crearon un búnker.
Allí hicieron un pacto: si los nazis los descubrían, correrían para ser asesinados por la espalda y evitar así ser enviados a los campos de concentración, donde los judíos como ellos eran asesinados de los modos más siniestros.
Un día, efectivamente, los nazis llegaron a su refugio, y ellos intentaron huír tal como se habían organizado, pero la suerte hizo que se trabara el fusil de uno de los nazis que intentó dispararle a Moisés por la espalda. Entonces supo que su destino iba a ser sobrevivir a la guerra.
Moisés y su familia fueron enviados al Gueto de Białystok, al este de Polonia, donde luego fueron separados: sus padres subieron a un vagón donde viajaban sólo las mujeres, los niños y los hombres mayores; él y sus hermanos, en cambio, fueron trasladados en un vagón donde viajan los varones fuertes. A mitad de camino, los vagones fueron separados. Luego supo que sus padres fueron enviados al campo de exterminio de Treblinka, al noroeste de Polonia, donde fueron quemados vivos.
Durante el viaje en su vagón, varios jóvenes intentaron escapar tirándose por un hueco que hicieron a fuerza de escarbar, pero todos fueron acribillados a balazos cuando estaban en el aire o cuando caían a tierra. Así murió su hermano mayor, el primero en intentar huir de ese modo.
Así fue que los llevaron al campo de exterminio Majdanek, donde se salvaron de ser asesinados porque eran mano de obra fuerte, y los mandaron con un comando de trabajo al campo de concentración Budzyn, también en Polonia, donde trabajó como talabartero. Ahí fue donde murió su otro hermano, el del medio, por una epidemia de tifus.
Luego fue enviado al campo de concentración de Plaszow, al noroeste de la ciudad de Cracovia, y de ahí a otro campo de exterminio llamado Mauthausen-Gusen, en Austria, donde estuvo poco tiempo hasta que fue trasladado al campo de concentración Melk (Austria), donde trabajaba haciendo túneles en la montaña.
En ese campo, mientras le cortaban al raz el cabello, fue lastimado en la cabeza y luego, como no tenían vendas ni elementos para ser curado, se la envolvieron con papel higiénico. Así lo enviaron nuevamente a trabajar. Ese mismo día les informaron que iban a ser trasladados a otro lado, pero antes pidieron que los enfermos den un paso adelante para llevarlos a una enfermería.
Al verlo con la cabeza envuelta en papel, a Moisés lo pusieron en el grupo de los enfermos, pero él se dio cuenta de que iban a matarlos, así que se quitó el vendaje y se las ingenió para pasar del lado de los sanos. Así fue que volvió a salvar su vida, porque el grupo de los enfermos fue esa misma noche acribillado a balazos.
Finalmente, Moisés fue trasladado al campo de concentración Ebensee (Austria). Por entonces ya se rumoreaba que los nazis estaban perdiendo la guerra. Un día, un jefe les dijo que abandonaban el campo y les aconsejó que para salvarse se refugiaran en los túneles de la montaña. Pero ellos se resistieron y fueron abandonados adentro del campo, entre los alambres electrificados. Otra vez se salvaron: los túneles estaban minados y explotaron al poco tiempo.
A las dos horas de la huida de los nazis llegaron las tropas estadounidenses que los salvaron. Moisés vivió desde entonces dos años en un centro de refugiados en Italia y luego viajó a la Argentina, donde vive hasta hoy. Se casó dos veces y quedó viudo en ambas ocasiones. Tiene tres hijos de ambos matrimonios y 9 nietos.
“Yo siempre cuento mi triste historia. Y siempre digo que esto no puede pasar nunca más”, dice, al finalizar este relato, que puede verse en los tres videos adjuntos de esta nota. El video completo, se puede ver haciendo
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